
A tan solo tres horas de Caracas por vía terrestre, se llega a Tucacas, principal entrada del Parque, y la única que permite la entrada de vehículos a uno de los sectores insulares, el de Punta Brava. Tucacas, al igual que muchos villorrios y pueblos, fue hace mucho tiempo ranchería de pescadores, embarcaderos de fortuna. Sin embargo, tuvo el privilegio de ser viaje final del cobre. Hasta su antigua soledad marina llegaba el ruido de hierro del tren que descargaba el peso del mineral amargo y verdoso. Otro privilegio convierte a Tucacas en una noticia vieja de más de quinientos años: hasta sus costas puso proa la nao del descubridor Alonso de Ojeda, quien buscaba el camino del sol naciente.
Hoy, Tucacas es un enjambre de edificios, casas, casuchas, residencias, urbanizaciones, hoteles, centros comerciales y vida común. En su puerto, se pueden tomar una lancha que le lleve a cualquiera de los cayos, o las espectaculares piscinas naturales: los Pescadores, y los Juanes, donde solo tiene que enclavar su embarcación y de resto lanzarse a sus cálidas aguas, observar los peces y, como si con eso no bastara, disfrutar de todas las comodidades que pueda imaginar a pesar de estar en el medio del mar



Pero Chevi, no es el único vendedor ambulante, también pasa en su lancha un vendedor de todo para ataviarnos de caribe: collares, pulseras, zarcillos y tobilleras, y otro que nos ofrece un elíxir tropical de lujo, una cocada.
Pero, sin duda, el principal atractivo del Parque son sus cayos, sus islotes. La belleza de tales parajes es generosa, la playa de abundante arena blanca y sedosa, la sombra de los cocoteros y manglares, los fondos turquesa de sus aguas y la calma de su oleaje satisfacen todos los deseos del amante de los paisajes marinos, la fiesta del azul y el blanco, el siempre mediodía de su sol, la brisa de los alisios que pareciera tener por albergue a Morrocoy, no cesa desde que amanece sobre las playas, los acantilados y las puntas de tierra firme. La vida submarina es sorprendida casi a flor de agua: el pez que huye o se queda inmóvil en el brillo tembloroso esmeralda, púrpura o de oro, el alga mecida por la suave corriente, el coral amotinado y solitario, color sangre, color bronce, ceniza o pálido.
Ya cayendo la tarde, una vista que no se deben perder es la Isla de Pájaros. Alucinará con el gran número de aves que decoran los cielos. Pelícanos, flamencos, corocoras, tijereta de mar, patos de ala verde, cuervos marinos, garzas, el águila pescadora, el playero turco y gaviotas son solo algunas de las especies que podrá observar en distintas épocas del año. Verá sus nidos y todos sus rituales; un complemento perfecto para el final del día.
GUÍA PRÁCTICA
Como llegar a Morrocoy
Santa Bárbara Airlines (http://www.sbairlines.com/) ofrece vuelos diarios de Madrid a Caracas
Desde Caracas la mejor forma de llegar a Morrocoy es por tierra (aprox. 3 horas):
Autopista Caracas - Valencia - El Palito, vía Puerto Cabello - Tucacas Morrocoy.
Caracas-Valencia (autopista 158 Km.) Valencia-El Palito (autopista 43 Km.) El Palito-Tucacas (carretera 47Km.)
Si viene en autobús: tome el autobús a Valencia, en el mismo terminal de Valencia, tome una buseta a Tucacas o Chichiriviche (dependiendo de su alojamiento).
También se puede alquilar un vehículo con chofer o taxi aéreo para trasladarlo desde cualquier ciudad, a Morrocoy.
Visas
Requisitos
Para ingresar a Venezuela se requiere pasaporte vigente expedido en el país de origen, pasaje de Ida y Vuela y Visa otorgada por un Consulado de Venezuela (los europeos no necesitan visa).
Vacunas:
No se requiere vacunas especiales para ingresar al país.
Clima:
El clima de Venezuela es caluroso, pero fácilmente soportable. Se sugiere llevar consigo ropa ligera, pero siempre es bueno incluir algún suéter liviano, y no olvidar el traje de baño
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